El impacto de la pandemia de COVID-19 y la evolución del mercado laboral en España han evidenciado una dura realidad: las mujeres migrantes continúan ocupando los puestos de trabajo más precarios.
Según el informe “Mujeres migrantes en ocupaciones precarias”, presentado por UGT en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, estas trabajadoras representan una parte fundamental del crecimiento del empleo en España, pero en condiciones de mayor vulnerabilidad.
Crecimiento del empleo femenino: ¿una falsa mejora?
Entre el cuarto trimestre de 2019 y el cuarto trimestre de 2024, la ocupación en España aumentó en 1.891.000 personas, de las cuales 992.900 fueron mujeres. Sin embargo, el 64% de estas nuevas ocupadas son mujeres de nacionalidad extranjera o de doble nacionalidad, lo que demuestra su peso en el mercado laboral, pero también la brecha de desigualdad en las condiciones de empleo.
La precariedad en cifras: sectores y condiciones laborales
Las mujeres migrantes se concentran en los sectores más precarios del mercado de trabajo:
Grupo 9 (ocupaciones elementales) y Grupo 5 (hostelería, restauración y servicios personales): el 78,1% de las mujeres ocupadas de América Latina están en estos grupos, los de menor salario y con más contratos a tiempo parcial.
Empleo del hogar: A principios de 2025, el 43% de las empleadas del hogar son extranjeras, con una clara predominancia de mujeres latinoamericanas.
Brecha en la movilidad laboral: Mientras las mujeres españolas y de la UE acceden a empleos mejor remunerados, las mujeres migrantes siguen atrapadas en sectores de bajos ingresos y peores condiciones.
Migración y mercado laboral: una relación desigual
El saldo migratorio positivo ha sido clave para el crecimiento del empleo femenino en España:
En 2022 y 2023, más de 327.000 mujeres migrantes ingresaron al país.
Las mujeres representan más de la mitad del saldo migratorio y su destino geográfico está vinculado a la demanda de empleo en sectores como el servicio doméstico y los cuidados.
Las comunidades autónomas con mayor población envejecida (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco) presentan altos porcentajes de mujeres extranjeras afiliadas al Sistema Especial de Empleados de Hogar (SEEH).
Un modelo laboral excluyente
El informe evidencia cómo el tiempo de residencia en España influye en la calidad del empleo:
Las mujeres recién llegadas inician su actividad en ocupaciones elementales, en muchos casos en el trabajo doméstico.
La hostelería se convierte en una “promoción” dentro de la precariedad, sin garantizar mejores condiciones.
La discriminación estructural impide la movilidad hacia empleos mejor remunerados, afectando especialmente a las mujeres de América Latina y el Caribe.
Conclusiones del informe
Las mujeres migrantes continúan atrapadas en trabajos precarios, con una inserción laboral diferenciada respecto a las españolas y las comunitarias.
El grupo 9 de ocupaciones elementales es la puerta de entrada al mercado laboral para las migrantes con menor tiempo de residencia en España.
La segregación laboral persiste, con la mayoría de mujeres extranjeras ocupadas en sectores de bajos salarios y alta parcialidad laboral.
La alta afiliación de mujeres migrantes en el Sistema Especial de Empleados de Hogar responde a la demanda de cuidados en comunidades con mayor envejecimiento poblacional.
El informe deja claro que la discriminación laboral contra las mujeres migrantes sigue siendo una asignatura pendiente en España. Mientras estas trabajadoras sostienen sectores esenciales de la economía, sus condiciones siguen siendo precarias. UGT insta a las instituciones y al sector empresarial a tomar medidas para revertir esta situación y garantizar un trabajo digno e igualitario para todas.