Por un Trabajo Digno, es un proyecto de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, iniciado en el año 2006 gracias a la financiación de la Dirección General de Inclusión y Atención Humanitaria, del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (MISSM), y desde el año 2007 también cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE), en el marco de los distintos Programas Operativos (“P.O. Lucha contra la discriminación 2007-2013”, “P. O. de Inclusión Social y de la Economía Social 2014-2020” y “Programa de Inclusión Social, Garantía Infantil y Lucha contra la Pobreza 2021-2027 FSE+”). Este proyecto de sensibilización, tiene como objetivo prevenir la discriminación en el acceso y permanencia en el empleo así como promover la igualdad de trato en el ámbito laboral entre las personas nacionales de terceros países y la población autóctona. Entre sus acciones: sensibilizar a la sociedad mediante el Boletín Por un Trabajo Digno; informar a los trabajadores y trabajadoras sobre sus derechos y obligaciones en el ámbito laboral, elaborando y difundiendo material informativo específico; y realizar campañas de sensibilización contra la discriminación y los prejuicios como la campaña #TrabajoLibreDeBulos; dedicando siempre una especial atención a las mujeres trabajadoras extranjeras no comunitarias, así como a las personas de nacionalidad extracomunitaria que se encuentran en situación de riesgo de pobreza o exclusión.

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La justicia social en el mundo: avances notables, desigualdades persistentes

Treinta años después de la Cumbre de Copenhague

En 1995, la primera Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social reconoció el empleo pleno y productivo como eje del desarrollo social. Tres décadas más tarde, en vísperas de la segunda cumbre que se celebrará en Qatar en noviembre de 2025, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publica su primer informe de referencia sobre la situación de la justicia social en el mundo.

Un concepto clave para la cohesión

La OIT recuerda que la justicia social implica igualdad de oportunidades, libertad y seguridad económica. Además de su valor moral, sostiene la paz y la estabilidad, fortalece la legitimidad de las instituciones y permite sociedades más productivas y cohesionadas.

Cuatro pilares fundamentales

El informe identifica cuatro ejes para avanzar hacia un mundo más justo:
  1. Derechos humanos fundamentales y capacidades: garantizar libertades, derechos laborales y desarrollo de capacidades.
  2. Igualdad de acceso a las oportunidades: eliminar barreras en educación y empleo.
  3. Distribución equitativa: asegurar un reparto justo de los beneficios del crecimiento.
  4. Transiciones justas: gestionar con equidad los cambios ambientales, digitales y demográficos.

Avances significativos desde 1995

Los datos muestran progresos importantes en varias dimensiones:
  • La pobreza extrema pasó de 4 de cada 10 personas en 1995 a 1 de cada 10 en 2023.
  • La pobreza laboral cayó del 27,9% en 2000 al 6,9% en 2024.
  • El trabajo infantil descendió del 20,6% en 1995 al 7,8% en 2024, aunque aún afecta a 138 millones de niños, casi la mitad en condiciones peligrosas.
  • El producto anual por persona ocupada aumentó un 78% desde 1995, y un 215% en países de ingreso mediano alto.
  • La mortalidad laboral se redujo en más de un 10% desde 2000.
  • Más del 50% de la población mundial cuenta con algún régimen de protección social desde 2023.

Persistencia de desigualdades

A pesar de los avances, persisten grandes brechas:
  • Brecha salarial de género: en 2025 las mujeres ganan en promedio el 78% de los ingresos de los hombres; al ritmo actual, tardará entre 50 y 100 años en cerrarse.
  • Concentración de la riqueza: el 1% más rico controla el 20% del ingreso mundial y el 38% de la riqueza.
  • Agua potable: 1 de cada 4 personas carece de acceso.
  • Informalidad laboral: afecta al 58% de los trabajadores en 2025.
  • Desempleo juvenil: la tasa de jóvenes que ni estudian ni trabajan alcanza el 28% en mujeres jóvenes.

El desafío de las transiciones

El informe subraya tres grandes transformaciones que deben gestionarse con justicia:
  • Ambiental: el cambio climático amenaza con pérdidas de ingresos, pero la transición energética puede crear 24 millones de empleos verdes frente a los 6 millones que se perderán en combustibles fósiles.
  • Digital: la inteligencia artificial generativa podría transformar uno de cada cuatro empleos, con mayor impacto en mujeres.
  • Demográfica: el envejecimiento en países de ingresos altos contrasta con el crecimiento poblacional en los de ingresos bajos, generando desequilibrios en el mercado laboral y presión sobre los sistemas de cuidados.

Mirando al futuro

La OIT advierte que el descontento social y la pérdida de confianza en las instituciones son síntomas de que el progreso no ha sido equitativo. Plantea como prioridad un compromiso renovado con la justicia social, reforzando las instituciones laborales, ampliando la protección social y fomentando un diálogo social sólido. La Coalición Mundial para la Justicia Social y la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social se presentan como espacios clave para impulsar la cooperación internacional y avanzar hacia un crecimiento inclusivo y sostenible.
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