Por un Trabajo Digno, es un proyecto de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, iniciado en el año 2006 gracias a la financiación de la Dirección General de Inclusión y Atención Humanitaria, del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (MISSM), y desde el año 2007 también cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE), en el marco de los distintos Programas Operativos (“P.O. Lucha contra la discriminación 2007-2013”, “P. O. de Inclusión Social y de la Economía Social 2014-2020” y “Programa de Inclusión Social, Garantía Infantil y Lucha contra la Pobreza 2021-2027 FSE+”). Este proyecto de sensibilización, tiene como objetivo prevenir la discriminación en el acceso y permanencia en el empleo así como promover la igualdad de trato en el ámbito laboral entre las personas nacionales de terceros países y la población autóctona. Entre sus acciones: sensibilizar a la sociedad mediante el Boletín Por un Trabajo Digno; informar a los trabajadores y trabajadoras sobre sus derechos y obligaciones en el ámbito laboral, elaborando y difundiendo material informativo específico; y realizar campañas de sensibilización contra la discriminación y los prejuicios como la campaña #TrabajoLibreDeBulos; dedicando siempre una especial atención a las mujeres trabajadoras extranjeras no comunitarias, así como a las personas de nacionalidad extracomunitaria que se encuentran en situación de riesgo de pobreza o exclusión.

migraciones@cec.ugt.org

(+34) 915 897 100

Avda. de América, 25 - 28002 Madrid

La OCDE analiza la protección de los derechos laborales en las cadenas de suministro globales

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado el informe “Mapeo de los esfuerzos para proteger los derechos de los trabajadores en las cadenas de suministro”, un análisis sobre cómo los gobiernos, empresas y organizaciones internacionales están abordando la protección de los derechos laborales en sectores con cadenas de producción transnacionales.

El informe examina las iniciativas existentes y los desafíos persistentes en la aplicación de normas laborales, especialmente en industrias con presencia en países en desarrollo, donde el riesgo de explotación laboral es mayor.

Un marco global para mejorar los derechos laborales

Las cadenas de suministro globales están compuestas por múltiples niveles de producción y distribución, lo que dificulta supervisar el cumplimiento de los derechos laborales. Según la OCDE, las principales preocupaciones en este ámbito incluyen:

🔹 Falta de mecanismos de control efectivos en la supervisión de las condiciones laborales, especialmente en países donde la regulación es débil.

🔹 Dificultad en la trazabilidad de proveedores, lo que impide garantizar que las empresas cumplan con los estándares internacionales de trabajo decente.

🔹 Persistencia de condiciones de explotación, como bajos salarios, largas jornadas laborales, ausencia de seguridad en el trabajo, con riesgos elevados de accidentes laborales, y restricciones a la libertad sindical, impidiendo que los trabajadores y trabajadoras defiendan sus derechos.

El informe destaca que la mayoría de los países con alta presencia en cadenas de suministro globales han implementado regulaciones para proteger los derechos de los trabajadores, pero su aplicación sigue siendo irregular y, en muchos casos, insuficiente.

Un ejemplo de esta precarización es la industria textil en Bangladés y Pakistán, donde miles de trabajadoras y trabajadores operan en fábricas sin seguridad laboral ni estabilidad contractual, pese a abastecer a grandes marcas internacionales.

El papel de las empresas y los gobiernos en la protección laboral

El estudio de la OCDE mapea las acciones tomadas por gobiernos, organizaciones internacionales y empresas para mejorar las condiciones laborales en la producción global. Entre las principales estrategias identificadas se encuentran:

Legislación sobre debida diligencia: Algunos países han aprobado leyes que exigen a las empresas evaluar y mitigar los riesgos de derechos humanos en sus cadenas de suministro.

Iniciativas de transparencia: Se han desarrollado herramientas para rastrear el origen de los productos y los proveedores, lo que permite a las empresas asegurarse de que sus socios respeten los derechos laborales.

Programas de certificación y auditoría: Algunas industrias han implementado sistemas de verificación externa para garantizar estándares éticos en el empleo.

Sin embargo, el informe señala que estas iniciativas dependen en gran medida de la voluntad de las empresas y que la falta de mecanismos de sanción ha limitado su efectividad.

El papel de los países de destino: responsabilidad compartida

Es evidente que muchos de los sectores analizados tienen presencia en regiones fuera de la UE, en especial en países en vías de desarrollo donde las condiciones laborales pueden ser más precarias debido a:

🔸 Débil regulación y fiscalización laboral, lo que facilita la explotación de trabajadoras y trabajadores en sectores como la manufactura textil, la agricultura y la minería.

🔸 Ausencia de protección sindical y derechos colectivos, dificultando la defensa de sus derechos frente a abusos.

🔸 Desigualdad salarial y falta de acceso a seguridad social, afectando principalmente a aquellos que trabajan en condiciones informales, sin un contrato.

El informe recalca que la responsabilidad no debe recaer únicamente en los países de origen, sino que los gobiernos y empresas en los países consumidores deben asumir un papel activo en la supervisión de las condiciones laborales en toda la cadena de producción.

En Europa, los consumidores, legisladores y sindicatos han impulsado normativas que exigen una mayor transparencia y rendición de cuentas a las empresas que operan en mercado globales.

Conclusión: hacia una regulación más efectiva

El informe de la OCDE refleja la creciente preocupación por la protección de los derechos laborales en las cadenas de suministro globales. Aunque existen esfuerzos en curso, la fragmentación y la falta de sanciones efectivas siguen siendo obstáculos para garantizar condiciones dignas para todos los trabajadores y trabajadoras.

La implementación efectiva de medidas de debida diligencia, el refuerzo de la seguridad laboral y la transparencia de las cadenas de suministro, son pasos fundamentales para asegurar que ninguna persona trabajadora quede desprotegida en la economía global.

La OCDE recomienda fortalecer la cooperación internacional y mejorar los mecanismos de control, asegurando que los compromisos adquiridos por empresas y gobiernos se traduzcan en condiciones laborales justas y seguras en todos los niveles de la cadena de suministro.

Ir al contenido