Por un Trabajo Digno, es un proyecto de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, iniciado en el año 2006 gracias a la financiación de la Dirección General de Inclusión y Atención Humanitaria, del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (MISSM), y desde el año 2007 también cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE), en el marco de los distintos Programas Operativos (“P.O. Lucha contra la discriminación 2007-2013”, “P. O. de Inclusión Social y de la Economía Social 2014-2020” y “Programa de Inclusión Social, Garantía Infantil y Lucha contra la Pobreza 2021-2027 FSE+”). Este proyecto de sensibilización, tiene como objetivo prevenir la discriminación en el acceso y permanencia en el empleo así como promover la igualdad de trato en el ámbito laboral entre las personas nacionales de terceros países y la población autóctona. Entre sus acciones: sensibilizar a la sociedad mediante el Boletín Por un Trabajo Digno; informar a los trabajadores y trabajadoras sobre sus derechos y obligaciones en el ámbito laboral, elaborando y difundiendo material informativo específico; y realizar campañas de sensibilización contra la discriminación y los prejuicios como la campaña #TrabajoLibreDeBulos; dedicando siempre una especial atención a las mujeres trabajadoras extranjeras no comunitarias, así como a las personas de nacionalidad extracomunitaria que se encuentran en situación de riesgo de pobreza o exclusión.

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UGT pide al Gobierno soluciones para las personas solicitantes de asilo que pueden perder la habilitación para trabajar con el nuevo Reglamento de extranjería

El sindicato urge al Gobierno a reconsiderar los requisitos del proceso de regularización para las personas solicitantes de protección internacional que comenzará el 20 de mayo. Puede afectar y dejar sin la posibilidad legal de trabajar y en situación de extrema vulnerabilidad a decenas de miles de personas.

La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) considera que los requisitos de la Disposición transitoria quinta del Reglamento que entrara en vigor el 20 de mayo son tan estrictos que solo permitirán el acceso a un número muy limitado de personas solicitantes de protección internacional y van a dejar en una situación de irregularidad legal para trabajar a muchas personas. Queremos destacar que esta disposición transitoria quinta del Reglamento nunca fue informada ni puesta a consulta de los interlocutores sociales.

La petición de asilo da autorización para trabajar, hecho que es utilizado por muchas personas migrantes de países con conflictos internos. Con el actual Reglamento, si la solicitud es denegatoria, el periodo trabajado cuenta para una futura solicitud de arraigo.

En el nuevo Reglamento, si la solicitud es denegatoria, el tiempo pasado desde la solicitud no va a contar para el arraigo, empezando a contar los dos años necesarios desde el día de la denegación. El nuevo reglamento impide, además, explícitamente, el desistimiento de la solicitud de asilo.

Por otra parte, el establecimiento, en el nuevo Reglamento, de un periodo extenso de seis meses de situación administrativa irregular para iniciar la regularización para las personas que tuvieran una denegación del asilo antes de la entrada en vigor del nuevo Reglamento romperá relaciones laborales iniciadas y consolidadas en el mercado de trabajo.

Queremos hacer notar que, dado que se trata de un proceso extraordinario tasado a un grupo de población concreto, debería, por una parte, permitir el acceso de aquellas personas que desistan de sus solicitudes de protección internacional, y por otra, ser lo menos lesivo para quienes están trabajando regularmente. 

Esta petición se ha hecho llegar reiteradamente al Gobierno, desde que la UGT tuvo conocimiento del borrador del proyecto de Reglamento el pasado mes de diciembre, en cada una de las reuniones de la Comisión Laboral Tripartita de la Inmigración.

Desde UGT reiteramos nuestro firme compromiso con la defensa de los derechos de las personas solicitantes de asilo y hacemos un llamamiento al Gobierno para que actúe con responsabilidad y sensibilidad, garantizando la protección y el derecho al trabajo de quienes han buscado refugio en nuestro país. La dignidad y los derechos humanos de todas las personas deben prevalecer sobre cualquier consideración administrativa.

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