Por un Trabajo Digno, es un proyecto de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, iniciado en el año 2006 gracias a la financiación de la Dirección General de Inclusión y Atención Humanitaria, del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (MISSM), y desde el año 2007 también cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE), en el marco de los distintos Programas Operativos (“P.O. Lucha contra la discriminación 2007-2013”, “P. O. de Inclusión Social y de la Economía Social 2014-2020” y “Programa de Inclusión Social, Garantía Infantil y Lucha contra la Pobreza 2021-2027 FSE+”). Este proyecto de sensibilización, tiene como objetivo prevenir la discriminación en el acceso y permanencia en el empleo así como promover la igualdad de trato en el ámbito laboral entre las personas nacionales de terceros países y la población autóctona. Entre sus acciones: sensibilizar a la sociedad mediante el Boletín Por un Trabajo Digno; informar a los trabajadores y trabajadoras sobre sus derechos y obligaciones en el ámbito laboral, elaborando y difundiendo material informativo específico; y realizar campañas de sensibilización contra la discriminación y los prejuicios como la campaña #TrabajoLibreDeBulos; dedicando siempre una especial atención a las mujeres trabajadoras extranjeras no comunitarias, así como a las personas de nacionalidad extracomunitaria que se encuentran en situación de riesgo de pobreza o exclusión.

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La OIT revela un aumento del 22% en el número de trabajadoras y trabajadores migrantes en la última década

El último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca que, en 2022, 167,7 millones de personas migrantes formaban parte de la fuerza laboral mundial.

La participación femenina, los sectores con mayor empleo y las diferencias regionales marcan el panorama actual de la migración laboral.

Más de 167 millones de migrantes forman parte de la fuerza laboral mundial

Según las estimaciones de la OIT, en 2022, 167,7 millones de migrantes internacionales estaban activos en la fuerza laboral global, lo que representa un incremento del 22% respecto a la cifra registrada en 2013. De estos, 155,6 millones estaban empleados, mientras que 12,1 millones se encontraban desocupados. Este crecimiento estuvo impulsado por la recuperación económica tras la pandemia de COVID-19 y la demanda de mano de obra en sectores como la agricultura, los cuidados y la construcción.

El informe señala que los varones continúan siendo mayoría dentro de la fuerza laboral migrante, representando el 61,3% del total, mientras que las mujeres constituyen el 38,7%. A pesar de esta diferencia, las mujeres migrantes presentan mayores tasas de participación en la fuerza laboral en comparación con las no migrantes, una señal de la importancia del empleo como motor de la migración.

Europa y los países de ingresos altos concentran la mayor parte de los migrantes laborales

El 68,4% de las trabajadoras y trabajadores migrantes internacionales se concentra en países de ingresos altos, seguidos de los de ingresos medio-altos, que acogen al 17,4% de esta población. Europa, América del Norte y los Estados Árabes figuran como los principales destinos de esta migración laboral, reflejando la demanda de empleo en sectores estratégicos y la aplicación de políticas de inmigración más flexibles en algunas de estas regiones.

La OIT destaca también la distribución de la fuerza laboral migrante por sectores. El sector servicios concentra el 80,7% de las mujeres migrantes ocupadas y el 60,8% de los hombres. La demanda de trabajo doméstico y de cuidados explica esta elevada presencia femenina en servicios, mientras que los hombres migrantes están más presentes en la industria y la construcción.

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