Distribución estratégica de solicitantes y centros
Un reciente informe de la Red Europea de Migración (REM) examina cómo 23 países miembros de la red (y Serbia) distribuyen las personas que solicitan protección internacional y dónde ubican los centros de acogida. Quince países aplican criterios definidos para distribuir solicitantes, mientras que 17 países (más Serbia) organizan internamente la ubicación de los centros de acogida. Los criterios emplean demografía regional, infraestructura, cercanía a servicios y evaluación de necesidades individuales como salud, situación familiar o vulnerabilidad. Algunos estados han incorporado herramientas algorítmicas para optimizar emparejamientos entre solicitantes y ubicación geográfica.Participación de comunidades locales: de formal a improvisada
Solo cinco países cuentan con planes de comunicación formal previa para la apertura de nuevos centros de acogida. La mayoría, sin embargo, consulta con autoridades locales o representantes electos antes o durante la puesta en marcha de dichos centros. Dieciséis países también involucran a la comunidad local mediante actividades como reuniones vecinales, circular informativa, sesiones abiertas o designación de puntos de contacto. Por ejemplo: en Bélgica se distribuyen folletos, se celebran sesiones informativas y se asignan interlocutores locales; en Irlanda funcionan foros de integración comunitaria; en Países Bajos existen directrices nacionales para orientar a los municipios.Refuerzo de servicios locales y apoyo financiero
Siete países han establecido mecanismos para canalizar recursos adicionales hacia servicios locales afectados —como atención sanitaria, educación o transporte público— en las zonas con centros de acogida. Irlanda creó tres líneas de financiación propias para ONG y grupos comunitarios; Croacia y Eslovaquia canalizan apoyos mediante proyectos del Fondo de Asilo, Migración e Integración (FAMI).Obstáculos frecuentes y prácticas prometedoras
El informe señala que muchos países enfrentan resistencia social, falta de voluntad política, tensión entre niveles de administración y dificultades de coordinación institucional. Tales obstáculos no solo retrasan la apertura de centros, sino que pueden limitar su integración con la comunidad local. No obstante, emergen buenas prácticas agrupadas en cinco ámbitos:- Medidas preparatorias antes de abrir centros;
- Estrategias de involucramiento y convivencia comunitaria;
- Apoyo financiero a municipios anfitriones;
- Comunicación clara y proactiva con partes interesadas;
- Mecanismos de coordinación continua tras apertura.