Por un Trabajo Digno, es un proyecto de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, iniciado en el año 2006 gracias a la financiación de la Dirección General de Inclusión y Atención Humanitaria, del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (MISSM), y desde el año 2007 también cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE), en el marco de los distintos Programas Operativos (“P.O. Lucha contra la discriminación 2007-2013”, “P. O. de Inclusión Social y de la Economía Social 2014-2020” y “Programa de Inclusión Social, Garantía Infantil y Lucha contra la Pobreza 2021-2027 FSE+”). Este proyecto de sensibilización, tiene como objetivo prevenir la discriminación en el acceso y permanencia en el empleo así como promover la igualdad de trato en el ámbito laboral entre las personas nacionales de terceros países y la población autóctona. Entre sus acciones: sensibilizar a la sociedad mediante el Boletín Por un Trabajo Digno; informar a los trabajadores y trabajadoras sobre sus derechos y obligaciones en el ámbito laboral, elaborando y difundiendo material informativo específico; y realizar campañas de sensibilización contra la discriminación y los prejuicios como la campaña #TrabajoLibreDeBulos; dedicando siempre una especial atención a las mujeres trabajadoras extranjeras no comunitarias, así como a las personas de nacionalidad extracomunitaria que se encuentran en situación de riesgo de pobreza o exclusión.

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Día Mundial de las Personas Refugiadas -20 de junio de 2024-

El Pacto Europeo de Migración y Asilo pone en cuestión los valores de la UE

El acuerdo transmite la idea de que migrantes y refugiados son una carga e incluso una amenaza.

Con motivo del Día Mundial de los Refugiados, la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores quiere recordar que las normas que componen el Pacto Europeo de Migración y Asilo publicadas el pasado mes de mayo, ponen en peligro no sólo el derecho de asilo, sino también valores de la Unión Europea.

Según los datos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, a finales del año 2023 había más de 117 millones de personas desplazadas de manera forzada en el mundo, casi siete millones de ellas eran solicitantes de asilo. Además, el 75% de las personas refugiadas o en necesidad de protección internacional, se encuentran en países de ingresos bajos y medios.

En ese mismo año, España fue el cuarto país con mayor número de solicitudes, por detrás de Estados Unidos de América, Alemania y Egipto.

En este contexto, UGT advierte del impacto negativo que determinadas medidas incluidas en las normas que integran el Pacto Europeo de Migración y Asilo van a tener no solo en las personas que tratan de llegar al territorio de la Unión, sino en el conjunto de la sociedad.

El Pacto es esencialmente defensivo, y transmite la idea de que migrantes y refugiados son una carga e, incluso, una amenaza que hay que evitar que llegue al territorio de la Unión Europea.

La calificación como “seguros” de determinados países, el establecimiento de un proceso acelerado de asilo, la detención de las personas solicitantes de protección internacional y migrantes en las fronteras, la negativa a examinar solicitudes de asilo en función del país de procedencia o de origen y la inexistente solidaridad entre los Estados miembros, puesto que se puede pagar para no acoger, son solo algunos de los elementos que están configurando una política de migración y asilo de la Unión que, cada vez más, consiste en delegar sus responsabilidades en terceros países dudosamente democráticos y poco o nada respetuosos con los derechos humanos.

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