Por un Trabajo Digno, es un proyecto de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, iniciado en el año 2006 gracias a la financiación de la Dirección General de Inclusión y Atención Humanitaria, del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (MISSM), y desde el año 2007 también cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE), en el marco de los distintos Programas Operativos (“P.O. Lucha contra la discriminación 2007-2013”, “P. O. de Inclusión Social y de la Economía Social 2014-2020” y “Programa de Inclusión Social, Garantía Infantil y Lucha contra la Pobreza 2021-2027 FSE+”). Este proyecto de sensibilización, tiene como objetivo prevenir la discriminación en el acceso y permanencia en el empleo así como promover la igualdad de trato en el ámbito laboral entre las personas nacionales de terceros países y la población autóctona. Entre sus acciones: sensibilizar a la sociedad mediante el Boletín Por un Trabajo Digno; informar a los trabajadores y trabajadoras sobre sus derechos y obligaciones en el ámbito laboral, elaborando y difundiendo material informativo específico; y realizar campañas de sensibilización contra la discriminación y los prejuicios como la campaña #TrabajoLibreDeBulos; dedicando siempre una especial atención a las mujeres trabajadoras extranjeras no comunitarias, así como a las personas de nacionalidad extracomunitaria que se encuentran en situación de riesgo de pobreza o exclusión.
Uno de los prejuicios más extendidos en el debate social es la falsa idea de que las personas migrantes abusan del sistema sanitario y lo colapsan. Pero los datos oficiales cuentan otra historia. Las estadísticas muestran que, en realidad, la población nacida fuera de España acude menos al médico, recibe menos recetas, se hospitaliza con menor frecuencia y participa menos en programas de prevención. Incluso declara un mejor estado de salud general. Este primer Apunte Antirracista recopila evidencias para desmontar uno de los bulos más repetidos y dañinos, y reafirma una verdad clara: la sanidad pública la sostenemos entre todas las personas que vivimos en España, sin importar el país de origen.
Según la Base de datos clínicos de Atención Primaria aunque la población que ha nacido en el extranjero representaba casi una quinta parte de la población censada en España (18,1%), las personas nacidas en el extranjero solo realizaron el 11,8% de las visitas a los servicios de Atención Primaria en 2024. Ese año, se registraron más de 443 millones de consultas médicas, de las cuales el 88,2% correspondieron a personas nacidas en España.
También en otros indicadores de uso sanitario la proporción es menor:
👉 En conjunto, los datos oficiales muestran que la población nacida en el extranjero utiliza los servicios sanitarios públicos con menor frecuencia que la población nacida en España.
Según la Encuesta de Salud de España (datos de 2023), la población nacida en el extranjero declara un mejor estado de salud, en los últimos doce meses, que la nacida en España. Algo más de la mitad (50’26%) de las personas nacidas en el extranjero valoran su salud como “buena”, frente al 46,8% de quienes nacieron en España.
La percepción de tener una salud “muy buena” es prácticamente igual en ambos grupos: 26,9% entre la población nacida en el extranjero y 26,6% entre la nacida en España.
Las diferencias son más claras si se analizan por sexo:
👉 En términos generales, los datos muestran que la población nacida fuera de España goza de un mejor estado de salud, lo que contradice la idea de que ejercen una presión desproporcionada sobre el sistema sanitario.
Algo más del 50% valora su salud como “buena”, frente al 46,8% de las personas nacidas en España.
Las diferencias son mínimas: 26,9% entre quienes nacieron fuera y 26,6% entre quienes nacieron en España.
Casi el 51% de las mujeres nacidas en el extranjero califican su salud como “buena”, cinco puntos por encima de las nacidas en España.
Entre los hombres también se observa una ligera ventaja en la percepción positiva de salud. Más del 31% de los nacidos en el extranjero considera su salud “muy buena”, frente a casi el 29% de los nacidos en España.
La percepción de padecer alguna enfermedad o problema de salud crónico muestra diferencias claras según el país de nacimiento:
Según la Encuesta de Salud de España (datos de 2023):
Por sexo:
Por grupos de edad:
👉 Incluso en edades avanzadas —donde las enfermedades crónicas son más frecuentes— la población nacida en el extranjero declara menos problemas crónicos.
Las personas nacidas en España visitan al médico con más frecuencia que las nacidas en el extranjero.
Según la Encuesta de Salud de España (datos de 2023):
Estas diferencias también varían según sexo y edad:
En las mujeres nacidas en España, los porcentajes son 32,2% y 12,2%, respectivamente.
Entre los nacidos en España, casi un 25% lo hicieron recientemente y 19,5% hace más de un año.
El motivo de las consultas es similar en ambos grupos:
👉 Estos datos reflejan que la población nacida fuera de España utiliza los servicios sanitarios con menor frecuencia y de manera muy parecida en tipo de atención, desmontando la idea de que “abusa” del sistema público.
👉 Estos datos reflejan que la población nacida en el extranjero utiliza los servicios sanitarios con menor frecuencia y de manera muy parecida en tipo de atención.
Según la Encuesta de Salud de España (datos de 2023), la población nacida en España acude con mayor frecuencia a los servicios de urgencias y presenta más hospitalizaciones que la nacida en el extranjero.
En los últimos doce meses, el 23,7% de las personas nacidas en España acudieron a urgencias, frente al 19,9% de las nacidas fuera.
Las diferencias por sexo también son claras:
En cuanto a las hospitalizaciones en los últimos doce meses, también hay un ligero mayor uso entre la población nacida en España: 6,85% frente a 6,55% entre la población nacida en el extranjero.
Sin embargo, al analizar los motivos de hospitalización, se observa una diferencia significativa: las mujeres nacidas en el extranjero superan en casi 7 puntos a las nacidas en España en hospitalizaciones por parto (incluida la cesárea): 17,95% frente a 11,51%, respectivamente.
Este dato se explica porque las mujeres nacidas en el extranjero tienen una media de hijos superior (1,28) a la de las mujeres nacidas en España (1,09). Así, el 31’3% de los nacimientos registrados en 2023, fueron de madre nacida en el extranjero.
👉 En conjunto, los datos muestran que la población nacida fuera de España acude menos a urgencias y se hospitaliza con menor frecuencia, salvo en los casos relacionados con la maternidad.
Según la Encuesta de Salud de España (datos de 2023), existen diferencias notables en el uso de los programas de prevención y control sanitario entre la población nacida en España y la nacida en el extranjero.
La población nacida en España muestra una mayor participación en los programas preventivos:
Un 5% de las personas nacidas en España acude a este programa, frente al 3,5% de las nacidas en el extranjero.
Entre las mujeres nacidas en España, el 20% se realizó una mamografía recientemente y solo un 32,8% nunca se la ha hecho.
En cambio, entre las nacidas en el extranjero, solo el 12,3% se la ha realizado y más de la mitad (52%) nunca se sometió a esta prueba.
El 29,6% de la población nacida en España se vacunó en la última campaña, frente a solo el 15% de la nacida en el extranjero.
En los últimos doce meses, el 64,7% de la población nacida en España se tomó la tensión, frente al 51,4% de la nacida en el extranjero, una diferencia de 13 puntos.
Además, 21,6% de las personas nacidas en el extranjero nunca se la ha medido, 7 puntos más que entre las nacidas en España (14,3%).
El 66,7% de la población nacida en España se lo ha medido en el último año, frente al 52,5% de la nacida en el extranjero, una diferencia de 14 puntos.
Por el contrario, el 20,7% de las personas nacidas fuera nunca se ha hecho este control, frente al 12,8% de las nacidas en España, una diferencia de casi 8 puntos.
Muchas personas nacidas fuera de España proceden de países sin un sistema público de salud consolidado, donde la prevención no forma parte habitual de la atención sanitaria. También pueden tener un mayor desconocimiento sobre las prestaciones del sistema sanitario y, además, se trata de una población más joven que tienen, en general, un mejor estado de salud.
En España, el 5% de las personas nacidas aquí acuden al programa de atención al niño sano, frente al 3,5% de las nacidas en el extranjero; y solo el 14,9% de la población nacida fuera se vacunó de la gripe, frente al 29,6% de la nacida en España.
Más del 50% nunca se ha hecho una, frente al 32% de las nacidas en España.
Solo el 51% de las personas nacidas fuera se controló la tensión arterial el último año, frente al 65% de las nacidas en España.
Porque no todas las personas parten de las mismas oportunidades para acceder a la prevención.
Requiere información, acompañamiento y modelos sociales de referencia.
Favorece una participación más plena y reduce desigualdades en salud pública.
Aunque todavía mucha gente lo desconoce, la sanidad pública o Sistema Nacional de Salud se financia casi íntegramente con los impuestos generales, y no con las cotizaciones a la Seguridad Social. Ese modelo cambió definitivamente en 1997, cuando se abandonó el sistema de financiación basado en cotizaciones y pasó a depender de los Presupuestos Generales del Estado y de las Comunidades Autónomas.
La sanidad se sostiene, por tanto, gracias a los impuestos directos —como el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD), el Impuesto sobre el Patrimonio (IP) o el Impuesto sobre Sociedades (IS) —
y a los impuestos indirectos, como el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados o los impuestos especiales sobre determinados bienes y servicios.
Sin embargo, el Barómetro Sanitario 2024 (CIS y Ministerio de Sanidad) muestra que casi un tercio de la población (34%) aún mantiene una creencia equivocada sobre la financiación del sistema y cree que la sanidad pública se paga exclusivamente con las cotizaciones de las personas trabajadoras, mientras que un 15% piensa que se financia con ambos sistemas.
La realidad es muy distinta:
👉 Todas las personas que viven en España, sea cual sea su nacionalidad y estén en situación regular o irregular, contribuyen a financiar la sanidad pública cada vez que pagan impuestos, por ejemplo, al comprar cualquier producto o servicio que lleva IVA.
Aunque muchas personas lo creen, solo un 34% de la población identifica correctamente que el sistema se financia exclusivamente con impuestos.
La financiación procede de impuestos generales, directos e indirectos, que recaen sobre toda la población residente. Cada compra lleva IVA, un impuesto indirecto que pagan por igual nacionales y personas extranjeras, independientemente de su situación administrativa.